Ritratti d’Autore

Entrevista a Carme Portaceli, directora teatral y directora artística del Teatro Español sobre su último espectáculo, Mrs Dalloway, en escena desde el 28 de marzo al 5 de mayo al Teatro Español: un ejemplo de participación activa del público y de la ciudadanía madrileña, en un período de expansión de uno de los teatros más antiguos e importantes de Madrid.

Carme Portaceli, directora valenciana y fundadora de Factoria Escènica Internacional, plataforma orientada a la creación, producción y difusión de artes escénicas, es reconocida por la crítica y por el público español como una de las directoras españolas de mayor nivel. Su carrera cuenta con más de sesenta producciones teatrales de autores heterogéneos – que se actuaron en los mayores festivales y teatros españoles – todas caracterizadas por una fuerza vital escénica incesante, sea por lo que se refiere al trabajo con los actores, que por la instalación escénica y la elección heterogénea de los autores y los textos. Desde 2016 es Directora Artística del Teatro Español de Madrid, que, como muchos otros teatros de la capital, están viviendo un momento de gran expansión y sentida participación del público. Todo esto gracias también a los encuentros con el público, a los que se puede acceder de forma gratuita después del espectáculo, a los encuentros pedagógicos (actividades de forma gratuita en las cuales el público puede asistir a los ensayos, al montaje o a las varias fases de creación de un espectáculo) y a toda aquella constelación de actividades que lo hacen uno de los teatros más ricos y más populares de la capital española. En seguida una apasionante entrevista realizada con ocasión del espectáculo Mrs Dalloway, una reelaboración en llave moderna de la novela de Virginia Woolf, en escena del 28 de marzo al 5 de mayo, que ha hecho siempre el todo agotado.

Qué sentido tienen las flores para Carme Portaceli en su espectáculo Mrs Dalloway?
Carme Portaceli: «En el discurso de bienvenida al público en su fiesta, que Clarissa Dalloway hace al final de la obra, yo creo que lo más importante que ella dice es que “no he tenido tiempo de comprar las flores, espero que no lo tengáis en cuenta”. Pero el teatro le regala una cosa, porque en el teatro todo es posible: centenares de roídas rojas que mágicamente bajan, tenidas por hilos, sobre el escenario del Teatro Español. Entonces, para mí como hace rato que estamos en una obra de teatro también del irrecuperable, del momento pasado, de obsesionarte con parar cada instante, cuando en la vida todo pasa y lo único que lo vale la pena es abrir los ojos, ver como sale el sol, y cerrarlos cuando se pone y volverlos a abrir al día siguiente es lo más importante. Ese canto a la vida de que hablamos para mí es el canto al teatro donde todo es posible.

Yo creo en la diversidad, no es que crea o no crea, no es una creencia, no es una religión, es una realidad: la sociedad nuestra es diversa, por tanto el teatro español y su programación es absolutamente diversa, la sociedad tiene hombres y mujeres y nosotros queremos ser un espejo de la sociedad; y entonces es un poco el latir de nuestro corazón con el de todo el mundo digamos, porque es el mismo».

Durante el encuentro con el público se habló mucho de las soluciones de adaptación, dirección y dramaturgia de la novela original Mrs Dalloway de Virginia Woolf.
C.P.: «Lo importante para mí siempre es recoger el tono que tiene Virginia, es decir: las cosas de la vida son de una manera, se muere, alguien se muere, nace alguien…nace. Es como tú las vives las diferencias, como tú te emplaces pare que te caiga la lluvia encima o te tapas para que te caiga un poco ahí. Y yo creo que ella tiene una visión muy clara de como emplaza cada personaje con las cosas de la vida que inevitablemente van pasando. Por ejemplo en referencia al paso del tiempo: depende como cada uno vive las etapas de la vida; o todo aquello que se perdió en la vida. O el primer amor que se perdió: hay gente que lo puede vivir como una tragedia, porque cuando te enamoras por la primera vez, eso nunca más lo vuelves a sentir – ese descubrimiento de algo tremendo que sobresale y sale por todas partes, es una explosión – u otros pueden vivirlo como “qué bien! lo he vivido, fue fantástico y me lo acuerdo, me río y sonrío” pero por otra parte no lo puede tampoco tirar a la ventana, porque lo ha vivido hace veinte años y ya no lo puede vivir más… entiendes? Es un poco de todo eso que habla Virginia Woolf.

Para mí, la obsesión era llegar a recoger su tono, que para mí coincide con su camino spiritual y con todo lo que va hablando. También nos habla de esta mujer, Mrs Dalloway, limitadísima por la sociedad del principio del siglo XX, y de la vida de la mujeres en general. Yo la pongo hoy, en el XXI siglo: de echo hoy, como mujeres, también estamos limitadísimas por la sociedad, muchísimo, aparentemente menos, pero no es verdad. En este caso Clarissa Dalloway es una mujer limitada por la sociedad, además ella, como es una mujer inglesa, ha perdido hasta el apellido, ya no tiene su apellido porque tiene el de su marido. No tiene la misma personalidad de una vez y dice que ella no se siente ella misma, que ella no se ve, que se ha perdido. Pero, sin embargo, hay algo que Virginia le otorga – de que la misma Virginia Wolf habla en su maravilloso ensayo Una habitación propia – que las mujeres como no tenemos libertad, ni tenemos una habitación propia lo que sí que tenemos es la posibilidad de tener una gran libertad interior para volar.

Y ella la tiene, por eso es capaz de hacer esos streams of consciousness donde ella no se tapa nada, y se explican las frases como son y se dice la verdad. Luego después también esta su hija que es como ella, pero más adelante en el tiempo: es otra generación que vive el amor con otra mujer tranquilamente, ella vivió eso, una pulsión sexual en un momento dado y ya está, lo olvidó, pero es bonito que tampoco se agarra a ella. Es un espejo de lo que no tiene y no está en el rol; de donde solo está el sentimiento».

¿Qué tipo de trabajo has hecho durante los ensayos? ¿Como habéis estructurado el trabajo para restaurar personajes que viven en la época victoriana a personajes que viven en el XXI siglo, y cómo todo esto ha influido en las relaciones entre los personajes?
C.P.
: «Yo trabajo muchísimo con los actores, y me gusta dar vida a todo lo que dicen, como pasa en la vida. Yo ahora estoy hablando, y aunque hago gestos o interjecciones, es porque estoy pensando: entonces yo quiero que en el escenario esto ocurra igual, que esté todo vivo y lleno, imbuido de vida. Entonces encontrar esa vida siempre es lo más bonito porque es un camino abierto, y todos ellos saben muy bien lo que están diciendo y haciendo, tienen el recorrido interior emocional escrito a sangre aquí dentro.

Por otra parte también hay como tres niveles en la obra: los torrentes de conciencia que son los monólogos interiores, con los que nosotros utilizamos al público, porque hablamos con el. Tu misma eres los demás y entonces dices: ¿qué es lo que me falta? Ó sea que estás hablando como contigo mismo con el público.

Luego las escenas reales que pasan ese día antes de la fiesta: lo que pasa a la madre, a la hija, la vuelta de Peter y todo eso. Luego como último nivel encontramos las escenas de los recuerdos en paralelo con lo que los personajes viven, personajes que a veces se hablan, se miran, se contestan; pero en realidad es lo que uno está pensando del otro y el otro sabe de si mismo siempre. Tú sabes muy bien lo que otra persona piensa de ti. Yo he trabajado mucho en eso. A parte de estos tres niveles, también hay otros niveles más escondidos: la mayoría de actores-personajes toca instrumentos (piano, guitarra, bajo, batería) y parece como si hubiera esta especie de orquestra en el escenario, y al tocar en vivo en escena también salen de si mismo hacia otro sitio y están a medio camino entre la actuación y otra cosa (Ana molinera, la hija de Dalloway, canta; Jordi Collet, el doctor, me ha hecho la banda sonora); es decir, hay una serie de cosas que interactúan».

Siempre se habla de la locura de Virginia Woolf y de su suicidio y el riesgo es ponerle la etiqueta de deprimida y esquizofrénica y ver a sus personajes solamente según esta perspectiva. ¿Qué piensas? ¿Qué contestarías a quién te dijera que Virginia Woolf era loca?
C.P.
: « Se dice siempre y se habla siempre del suicidio de Virginia Woolf.  Yo creo que si tienes una sensibilidad media (no hace falta que la tengas mucho), después de ver esta actuación no puedes decir que Virginia Wolf era loca. Después de ver este espectáculo esto ya no te queda, porque cuando el personaje que es como el alter ego de Virginia, la autora que no puede escribir, no puede leer, decide irse de aquí con una carta de amor hacia su amor que es brutal, (entiendes que) la serenidad con la que esta persona se va de este mundo es una cosa sobrecogedora.

Es una decisión. Es una decisión muy importante, de conciencia que es lo que quiero hacer porque no tengo que ser como la mujer de mi marido. Entonces, en este sentido el suicidio tiene
valor en la obra de Virginia Wolf y sobre todo en este espectáculo.

El suicidio de Angelica no es el suicidio desesperado, o sea, un suicidio justo después de un momento de felicidad. Y es justo este momento de felicidad que el personaje se lleva en los ojos, en la retina antes de morir.

En ese sentido el suicidio en esta obra es algo de extraordinario y no algo de traumático, no es dramático (es dramático cuanto a alguien que se pierde para el que se queda) pero no es dramático porque no tiene porque serlo. Si alguien lo decide entonces sin embargo además para Clarissa Dalloway es muy bueno porque eso es lo que le hace valorar la vida; porque dice que parece que sea necesario que alguien muera para que tu valores la vida».

Ahora Mrs Dalloway acaba sus replicas en el Teatro Español, pero se va a ir de gira.
C.P.
: «Sí es una coproducción con el KVS (Koninklijke Vlaamse Schouwburg) de Bruxela. Este verano vamos a Uruguay en Montevideo, y luego la gira de Mrs Dalloway continuará en el teatro Nacional de Catalunya por tres semanas y después por toda España. Tiene larga vida, la verdad».

¿Usted cosa puede decirnos de vuestro trabajo con el Teatro español?
C.P.
:«Sí estamos contentos porque yo entré a trabajar en este teatro con el 28% de ocupación, y en este momento el teatro esta sold out y todo lo que hacemos la gente lo viene a ver, el otro día vinieron ya a comprar los abonos por la próxima temporada. Hay mucha gente que viene al encuentro con el público después, porque el día de la obra no le toca y entonces hacen cola.

Creo que hemos conectado con el público, con mucho tipo de público, tenemos mucha gente joven. Además yo creo que la conexión con las inquietudes de la ciudadanía es lo más importante, y si tu eres una ciudadana inquieta, como lo somos nosotros, pues coincidimos con las inquietudes que tenemos todos.

También estamos abriendo unos proyectos europeos en colaboración con Italia, con Portugal, con Francia, con Bruselas – estamos tratando una colaboración también con Grecia justo en estos días – y nos vamos a juntas aquí en junio y vamos a tener las charlas para ver».

El espectáculo se ha representado en
Teatro Español
Plaza Santa Ana, Calle del Príncipe, 25, 28014 Madrid
Desde el 28 de marzo al 5 de mayo
Sala principal
De martes a sábado 20.00
Domingo 19.00

Mrs Dalloway
de Virginia Woolf
dirección Carme Portaceli
ayudante dirección Eva Redondo
dramaturgia Michael De Cock, Anna M. Ricart y Carme Portaceli
con Blanca Portillo, Jimmy Castro, Jordi Collet, Inma Cuevas, Gabriela Flores, Anna Moliner, Zaira Montes, Manolo Solo
Música original y espacio sonoro Jordi Collet