Il teatro contemporaneo in Spagna

Cesc Casadesús, dal 2017 è direttore del Festival Grec, evento internazionale di teatro, danza, musica e circo che anima l’estate di Barcellona. Una finestra sull’arte performativa catalana ed europea caratterizzata dalla ricerca di proposte innovative ed emergenti della scena teatrale contemporanea.

¿Con cuales objetivos nació y ha evolucionado el festival, también en términos de colaboraciones y planificación (selección de las compañías, relación con el territorio, etc)?
Cesc Casadesús: «La primera edición del festival en el año 1976 nació por el impulso de una asamblea de actores y artistas después de la muerte del dictador en España ocupando un teatro al aire libre en desuso que era el Teatre Grec. Dos años más tarde el nuevo Ayuntamiento democrático de la ciudad lo convirtió en el festival público de Barcelona ampliándolo a otros espacios. Es un festival que se debe a su misión pública, al sector y a la ciudad».

¿Cuán importante es la inversión en los nuevos lenguajes de la escena, en las dramaturgias contemporáneas y en general en las compañías de investigación?
CC: «Intentamos aportar elementos que sirvan a la renovación del público y de los lenguajes artísticos sin olvidar que somos un festival de verano con espacios de aforos muy distintos donde cabe la investigación y el entretenimiento. Destacamos sobre todo por el apoyo a nuevos lenguajes en forma de coproducción, cerca de la mitad de los espectáculos programados son coproducciones de festival que tienen una vida más larga en las temporadas teatrales nacionales o los circuitos internacionales».

​Siempre hay una gran confusión al definir el teatro contemporáneo: en su opinión, ¿qué lo caracteriza también en su relación con el clásico? ¿Cuál podría ser su contribución para repensar la sociedad a través del arte y proponerse como lugar de experimentación social y elaboración política?
CC: «Las artes evolucionan y también lo hace el teatro. Quizás hoy en día estamos más cerca de unas dramaturgias basadas en la autoría escénica donde el papel del texto no siempre es dominante y donde el mensaje que se narra puede utilizar múltiples recursos para llegar a un espectador más activo».

La emergencia médica ha obligado a cerrar la programación y las actividades. ¿Cuáles han sido las consecuencias y cómo os estáis coordinando – a nivel organizativo y económico – con los artistas, instituciones y socios con los que tenéis colaboraciones y acuerdos en curso?
CC: «Este tema todavía no está resuelto, estamos en fase de analizar las consecuencias que esto tendrá para el futuro de las artes escénicas. A día de hoy nuestra posición es la mantener todos nuestros compromisos adquiridos y de transformar lo que haga falta el propio festival para ser de ayuda al sector».

Una de las consecuencias más impactante e inédita será la de identificar nuevas formas de relación individual en tiempos de distanciamiento social. El mundo del teatro, incluidos sus trabajadores técnicos, corre el riesgo de ser arrasado por la completa inactividad, pero también las expectativas para el público cambiarán: ¿Cómo cree que la poética teatral, entendida tanto como dirección artística y que como creatividad, deberá afrontar esta situación? ¿Deberá que recuperar el tiempo perdido y volver a lo que siempre se hecho, en la forma como generalmente lo ha hecho, o será necesario calibrar programaciones y producciones de manera específica, por ejemplo favoreciendo el entretenimiento o la experimentación?
CC: «​No podemos contestar a la pregunta de cómo va a ser el futuro pero sí creo que la creatividad, la posibilidad de imaginarlo (mejorando el presente) y al mismo tiempo en la necesidad y la utilidad del arte. El entretenimiento también es importante pero es otra cosa».