Il teatro contemporaneo in Spagna

Encarna Galván è coordinatrice delle politiche culturali del Municipio di Las Palmas de Gran Canaria che organizza il Festival di Teatro Musica e Danza Temudas. Un evento pubblico che, ogni estate, promuove forme inedite di interazioni sociali attraverso la diffusione delle arti performative nel tessuto urbano.

¿Con cuales objetivos nació y ha evolucionado el festival, también en términos de colaboraciones y planificación (selección de las compañías, relación con el territorio, etc)?
Encarna Galván: «El Festival cumplirá el próximo año 2021, su XXV edición. Hace un cuarto de siglo, el Festival debía satisfacer la demanda del público grancanario de acceder a la oferta teatral, de danza y de música, y hacerlo con una amplia visión nacional y europeísta, no hay que olvidar que Las Palmas de Gran Canaria ha sido históricamente una ciudad acostumbrada a relacionarse con las capitales europeas. Todo ello sin perder de vista que, entonces, la oferta que llegaba al territorio insular era mucho más limitada que la que llega hoy en día.

En su evolución, el Festival de Teatro, Música y Danza de la capital grancanaria ha cambiado y también se ha enriquecido. Hoy, el encuentro con las artes escénicas mantiene la presencia europea y nacional en su programación, pero ha modificado el espacio de acogida de las producciones que ofrece para convertirse en un Festival de calle que se celebra en verano. Además, ha incorporado la producción local, ofreciendo a las compañías canarias la posibilidad de crear y presentar sus nuevas producciones en la programación propia del Temudas».

¿Cuán importante es la inversión en los nuevos lenguajes de la escena, en las dramaturgias contemporáneas y en general en las compañías de investigación?
EG: «En un mundo en constante transformación, el sector creativo necesita revisar y actualizar permanentemente sus lenguajes y narrativas. Por ello es fundamental apoyar a los artistas que decidan explorar nuevos territorios artísticos y como fruto de su trabajo, aportan a la sociedad nuevas visiones renovadoras y transformadoras además de una mayor comprensión y reflexión crítica acerca de la realidad que nos toca vivir en cada momento».

Siempre hay una gran confusión al definir el teatro contemporáneo: en su opinión, ¿qué lo caracteriza también en su relación con el clásico? ¿Cuál podría ser su contribución para repensar la sociedad a través del arte y proponerse como lugar de experimentación social y elaboración política?
EG: «El teatro contemporáneo, surgido principalmente a partir del siglo pasado, se distingue de su precedente especialmente por su decidido compromiso político. En nuestro tiempo son habituales en las artes escénicas las temáticas referidas a los problemas que nos preocupan como ciudadanos, como pueden ser los vinculados a la crisis medioambiental o a otros igualmente importantes como la desigualdad, en todos sus aspectos, o la intolerancia. El arte contemporáneo, en general, y, particularmente, las artes escénicas son herramientas vitales para dar respuestas viables y argumentos adecuados a los ciudadanos frente a los discursos totalitarios y excluyentes que se han instalado en el espectro social en la actualidad».

La emergencia médica ha obligado a cerrar la programación y cerrar las actividades. ¿Cuáles han sido las consecuencias y cómo os estáis coordinando – a nivel organizativo y económico – con los artistas, instituciones y socios con los que tenéis colaboraciones y acuerdos en curso?
EG: «El Festival ha seguido adelante a pesar de la emergencia sanitaria. Entendemos que esta crisis provocada por el COVID19 tendrá que superarse y normalizaremos nuestras relaciones personales, sociales y culturales. Como se celebra en verano, hemos continuado su preparación siguiendo siempre las recomendaciones sanitarias: trabajando desde casa, valorando proyectos sirviéndonos de la tecnología, tomando decisiones a través de reuniones virtuales, etc. Ello ha supuesto que, a día de hoy, el programa de 2020 esté reorganizado y prácticamente presentado, al menos ya hemos informado sobre las producciones canarias que Temudas coproducirá en esa vocación que, desde 2016, invita a las compañías canarias a participar en la convocatoria pública de selección de proyectos.
A la espera de fijar definitivamente sus fechas, en función de la evolución del estado de alarma, el 24º Festival Temudas, marcado por la excepcionalidad de estos tiempos, apostará por una mayor presencia canaria en su próxima edición».

Una de las consecuencias más impactante e inédita será la de identificar nuevas formas de relación individual en tiempos de distanciamiento social. El mundo del teatro, incluidos sus trabajadores técnicos, corre el riesgo de ser arrasado por la completa inactividad, pero también las expectativas para el público cambiarán: ¿Cómo cree que la poética teatral (entendida tanto como dirección artística y que como creatividad) deberá afrontar esta situación? Por ejemplo, ¿deberá que recuperar el tiempo perdido y volver a lo que siempre se hecho, en la forma como generalmente lo ha hecho, o será necesario calibrar programaciones y producciones de manera específica, por ejemplo favoreciendo el entretenimiento o la experimentación?
EG: «Nos encontramos ante un escenario incierto, por lo que cada decisión estará directamente relacionada con las estipulaciones marcadas, con las fases de desescalada del confinamiento, con el tipo de relaciones interpersonales que nos permitan establecer.
Una vez superemos el estado de alarma, analizaremos detenidamente las medidas que tendremos que poner en marcha para reactivar la asistencia a espectáculos, no solo al aire libre, sino también a los programados en salas. De alguna forma, el público habituado a disfrutar de las artes escénicas volverá con normalidad. El esfuerzo tendremos que hacerlo con aquel espectador incipiente, aquel que, a través de proyectos sociales puestos en marcha por el área de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad, empezaba a acercarse a nuevas disciplinas y disfrutar con distintas tendencias.
La poética teatral deberá satisfacer tanto a un público como a otro. El Festival tiene que ser rentable social y culturalmente. El cambio, desde mi punto de vista, se verá reflejado en el espacio escogido y la reducción de aforo. Tenderemos hacia un programa dirigido a un público reducido pero en espacios amplios, lo que se traduce en un importante reto: lograr la complicidad y la cercanía entre intérprete y espectador al tiempo que, con la asesoría técnica adecuada, se garantice la seguridad de todos los agentes que intervienen.
De alguna forma este momento será el germen de nuevas poéticas teatrales que, como he apuntado anteriormente, irán derivando en la revisión permanente de lenguajes y narrativas».