Il teatro contemporaneo in Spagna

Marc Chornet Artells, è direttore di Projecte Ingenu, un collettivo catalano che, attraverso una ricerca permanente sulla teatralità, intende promuovere la creazione artistica quale contesto di rielaborazione estetica e sperimentazione sociale.

¿Con cuales objetivos nació y ha evolucionado la compañía, también en términos de colaboraciones y planificación?
Marc Chornet Artells: «En 2013 éramos un grupo de jóvenes recién salidos del Institut del Teatre de Barcelona que empezábamos a detectar la necesidad que no solamente el “mercado laboral” gobernara nuestras carreras profesionales. Nacía así, bajo el paraguas de Nau Ivanow, Projecte Ingenu, un grupo de investigación práctica sobre la teatralidad, con la voluntad de compaginar el trabajo profesional con la evolución personal y la investigación permanente de un posible modelo de actor contemporáneo.

La pretensión era empezar un trabajo regular y transversal, que no encontrase límites entre la interpretación, la dramaturgia y la dirección de actores. Construir un espacio de pausa, donde las prisas por resolver una escena o una situación no fueran un criterio válido. A menudo hemos utilizado el concepto Slow Theatre para definirnos por empatía con el movimiento Slow (slow food, slow fashion…) que pretende abordar el problema de la “falta de tiempo” a través de establecer conexiones con aquello humano, con recursos propios y sencillos.

A lo largo de los años siempre hemos trabajado alrededor de la idea de poesía escénica, inicialmente partiendo de textos clásicos para poco a poco, abandonar el teatro de texto y acercarnos a un teatro generador de atmósferas, sirviéndonos de la palabra cantada, la música en directo, composiciones coreográficas, escenificaciones con simulteneïdad de acciones -de signos y de focos de atención-, espacios escénicos en constante evolución y la voluntad de jugar y modificar la percepción del tiempo en el público. Todo esto nos permite estar en constante evolución estética huyendo de las estructuras narrativas convencionales para generar espectáculos que permitan al público una experiencia vivencial.

La vocación de la compañía es ampliar horizontes e internacionalizar nuestro proyecto artístico. El proceso es lento, pero en poco más de cinco años hemos abierto caminos gracias a la presencia en distintos festivales internacionales y a la colaboración de distintos agentes culturales. Ser compañía residente de Nau Ivanow (2016-2019), nos brindó la oportunidad de formar parte del programa europeo Creative Lenses pudiéndonos repensar internamente a nivel organizativo y económico para buscar la sostenibilidad de la propia compañía y concebir el proyecto a años vista.

Nuestra trayectoria se ha caracterizado por una visión humanista de la teatralidad, punto central donde pivota nuestra pulsión creativa. Desde el convencimiento de esta lectura artesanal del oficio de actuar, como Projecte Ingenu hemos promovido talleres y dinámicas fuera del teatro con colectivos no profesionales y con la finalidad de enriquecer nuestra metodología de trabajo. Muchas de las iniciativas han repercutido en el propio aprendizaje y en la oportunidad de utilizar las artes escénicas como herramienta de crecimiento social y comunitario con un impacto claro en el territorio donde se han desarrollado».

¿Cuán importante es la inversión en los nuevos lenguajes de la escena, en las dramaturgias contemporáneas y en general en las compañías de investigación?
MCA: «Pina Bausch no fue Pina Bausch por arte de magia. Pina fue una de las grandes que además tuvo la suerte de tener un marco idóneo para desarrollarse como artista. A sus 32 años ya dirigía el Wuppertal Opera Ballet, lo que más tarde sería conocido como el Tanztheater Wuppertal Pina Bausch. Pina pudo hacer lo que hizo porqué contaba con los recursos humanos y económicos, la infraestructura y unas políticas culturales activas y sólidas a nivel estatal. Algo muy alejado de las realidades en las cuales nos desarrollamos la mayoría de colectivos que apostamos por una exploración de nuevos lenguajes y de creación e investigación contemporánea en España.

Cuando un país no concibe la cultura como un bien de primera necesidad y entiende el arte como un mero producto y lo valora en los términos de calidad-precio resulta insostenible y caemos en el riesgo que pierda su sentido original. En una mente empresarial los números redondos son: menor tiempo de ensayo frente a mayor tiempo de exhibición y explotación de la pieza. Frente a eso el tiempo de laboratorio no tiene cabida y siempre es la fase sacrificada del proceso.

El arte contemporáneo necesita hacerse preguntas y perderse en sus respuestas, necesita del espacio de laboratorio para la investigación y la exploración, necesita desaprender lo aprendido para dejarse sorprender, necesita poder trasladar a la sociedad las mismas dudas, sensaciones y preguntas para contraponer a cada cual con su yo más íntimo. Y todo eso requiere de TIEMPO. Un tiempo que en cualquier otra profesión encontramos lógico que sea remunerado. Y un tiempo y una investigación que no tienen porqué ir ligados a un producto final directo. El valor añadido del laboratorio o investigación teatral es intangible, pero necesario. La inversión en investigación es necesaria para evolucionar como artistas, necesaria para fomentar el crecimiento personal y el espíritu crítico de la sociedad, sus inquietudes y su manera de ver y entender el mundo.

A veces se quiere distinguir entre arte y ocio. Nosotros no creemos en esta distinción, creemos en la cultura de derechas (que emite discursos edulcorados pero ideológicos bajo el paraguas de la diversión y el entretenimiento) y la cultura de izquierdas».

Siempre hay una gran confusión al definir el teatro contemporáneo: en su opinión, ¿qué lo caracteriza también en su relación con el clásico? ¿Cuál podría ser su contribución para repensar la sociedad a través del arte y proponerse como lugar de experimentación social y elaboración política?
MCA: «El teatro contemporáneo es y debe ser una especulación sobre el propio lenguaje escénico. Es decir, en el fondo una búsqueda de nuevas formas escénicas y artísticas. Esta búsqueda de nuevas formas es lo que nos puede invitar a entender el mundo de manera distinta. Esta reformulación o búsqueda de nuevas formas se puede apoyar en los clásicos. Podemos inspirarnos en Antígona para hablar de los abusos de poder actuales. Eso no le quitará el espíritu contemporáneo a nuestro teatro y no va a perjudicar la idea de clásico en el caso del mito de Antígona (es un clásico porque pervive y muta). Otro caso seria el teatro formulado a partir de fórmulas o convenciones clásicas o clasicistas, en este caso estaríamos hablando, en el fondo, de teatro viejo o antiguo. El teatro que no nos interesa, que creemos que va encaminado a perpetuar el mundo tal como es.

Nosotros creemos en la transformación y/o evolución del mundo gracias a la transformación del individuo. Precisamente entendemos que aquello personal e íntimo es profundamente político y, por eso, trabajamos la vivencia humana como manera de abordar nuestro presente. Nuestro teatro no pone atención en la narración, pone el esfuerzo en el tiempo y el espacio concretos de vida compartida entre acción y expectación».

La emergencia médica ha obligado a cerrar la programación y cerrar las actividades. ¿Cuáles han sido las consecuencias y cómo os estáis coordinando – a nivel organizativo y económico – con los artistas, instituciones y socios con los que tenéis colaboraciones y acuerdos en curso?
MCA: «Projecte Ingenu teníamos dos producciones en marcha antes de la crisis del COVID-19. El día 15 de abril estrenábamos nuestro espectáculo El segundo Diluvio: BCN17A(bis) en el Escenari Brossa de Barcelona. El confinamiento nos pilló justo en la última fase de ensayos, poco antes de empezar con la residencia técnica en el teatro. Un mes después de esta fecha de estreno, el 15 de mayo, teníamos previsto empezar el proceso de ensayos de La Ruta de la Palta, proyecto producido por Nau Ivanow, Fetival Grec y Projecte Ingenu que empezó a gestarse cuando la compañía estuvimos durante un mes en Santiago de Chile el pasado 2018 y que tenía que culminarse con su estreno en el festival Grec de Barcelona el próximo mes de julio.

Por ahora las dos producciones han saltado a la temporada siguiente, por lo que los recursos no se pierden y vendrán más adelante, pero la realidad de los miembros de la compañía es común a la mayoría del sector. Estamos a la espera de las ayudas que el Gobierno ha destinado a los artistas, pero sin respuesta alguna de la administración sobre su gestión o aceptación, por lo que la incertidumbre de los siguientes meses está muy presente en la compañía.

Durante el confinamiento tuvieron lugar las jornadas sobre Internacionalización EXIT, organizadas por Nau Ivanow y que dada la situación actual pudo participar gente de todo el mundo al realizarse por una plataforma online. Allí una de las formadoras, Iva Horvat dijo la frase que nos ha impulsado como compañía durante este confinamiento: “Never waste a good crisis”. Y esto es lo que hemos hecho. A pesar de tener que parar todos los procesos de ensayo y exhibición, hemos sido más productivos que nunca a nivel interno, organizándonos y abriendo el máximo de frentes, por inciertos que sean, de cara a la siguiente temporada. Hemos ideado 3 nuevos proyectos, uno de los cuales sobre teatro comunitario en zonas de despoblamiento rural que esperamos que vea la luz la siguiente temporada».

Una de las consecuencias más impactante e inédita será la de identificar nuevas formas de relación individual en tiempos de distanciamiento social. El mundo del teatro, incluidos sus trabajadores técnicos, corre el riesgo de ser arrasado por la completa inactividad, pero también las expectativas para el público cambiarán: ¿Cómo cree que la poética teatral (entendida tanto como dirección artística y que como creatividad) deberá afrontar esta situación? Por ejemplo, ¿deberá que recuperar el tiempo perdido y volver a lo que siempre se hecho, en la forma como generalmente lo ha hecho, o será necesario calibrar programaciones y producciones de manera específica, por ejemplo favoreciendo el entretenimiento o la experimentación?
MCA: «“Nunca desaproveches una buena crisis”. No tenemos ni idea de como va a reaccionar el público. Lo mas probable es que todo vuelva a la normalidad muy despacio y en pocos meses no recordaremos mucha cosa de estos días. Otra cosa distinta es la responsabilidad del artista hacia su presente. Vendrá una oleada de publicidad basada en la seguridad de volver a la normalidad. Habrá una especie de esfuerzo de amnesia colectiva. Nuestro deber será gritar que el mundo ha cambiado: no olvidemos como la naturaleza nos ha recordado su poder, no olvidar que nuestras sociedades son débiles y que nuestros derechos sociales no son algo regalado, sino algo por lo que se ha luchado y que se debe proteger. Las nuevas formas teatrales, aunque se utilicen internet o medios peculiares tecnológicos nuevos, van a tener que reivindicar, como en la antigüedad, la comunidad, la tribu, el rito. Si no aceptamos el teatro como expresión comunitaria, va a desaparecer. Esta pandemia no nos puede acentuar el individualismo».