Alcuna poesia o ragione / Sin rima o razon

Al Teatros del Canal, programmato per il Festival Madrid en Danza, è andato in scena The Tree (Fragments of poetics on fire), una coreografia senza arte né parte di Carolyn Carlson.

En el Teatros del Canal, para el Festival Madrid en Danza, ha salido a escena The Tree (Fragments of poetics on fire), una coreografía sin son ni sol de Carolyn Carlson.

Sin duda, la danza es uno de los lugares del arte performativo más fecundos y emblemáticos donde admirar la operación posmoderna de agotamiento de los tradicionales cánones estéticos.

En sus máximos exponentes, entre los cuales un puesto de honor pertenece a Carolyn Carlson, el lenguaje se vuelve profundamente “gestual” habiéndose “liberado” de las estrictas normas académicas y conectándose a la libre expresión estética-individual para afirmar la primacía del cuerpo y dar forma a composiciones de rigor extremo y a menudo en sinergia con reflexiones de carácter filosófico.

The Tree (Fragments of poetics on fire) es un ejemplo evidente de cómo esta danza “filosófica” propone al público la posibilidad de hacer una experiencia estética para sentirse interrogado, sin encontrar respuestas preempaquetadas, en la propia intimidad en relación a temas de radicalidad absoluta.

La misma coreógrafa estructura con extrema conciencia al papel social del arte declarando que «La Madre Tierra nos hace un llamado de conciencia para que nos demos cuenta de la crisis que vive nuestro planeta. Todas mis obras están hechas desde la convicción de que hay una luz espiritual dentro de cada uno de nosotros que nos hará reaccionar y tomar decisiones». Si «la pandemia ha afectado a todos en el mundo y este trabajo intenta poner de relieve equilibrios armónicos que sanan el alma», The Tree es particularmente simbólica porque quiere declarar que «no permanecemos ajenos al universo; somos las semillas en los ciclos y ritmos, en un entorno de cambio de estaciones con el conjunto de la creación. En colaboración con el artista visual Gao Xingjian, cuyas obras ofrecen visiones metafóricas de la naturaleza, efímera, misteriosa e intangible, concibo la obra desde varios niveles, una pintura dentro de una pintura dentro de otra pintura, oculta en múltiples capas y que se manifiesta en la conciencia de que nos transformamos como naturaleza».

The Tree (Fragments of poetics on fire) quiere revelar la catástrofe que esconde la realidad detrás de un velo (optimista y aparente) de Maya, pretende exaltar tenazmente la “necesidad” de lo inmaterial, de la imaginación y del sueño con respecto al materialismo contemporáneo, se ahoga en la urgencia de contraponer una instancia de purificación humanista al nihilismo destructivo que domina el mundo, a la ansiedad de lucro y a la invasividad de la tecnología, y entrega todo estos asuntos a las facultades interpretativas de cada espectador.

A partir de estas premisas, se puede esperar un trabajo coreográfico catártico porque perturbador, “posnarrativo” porque visionario, poético porque espiritual. Se espera una danza que se haga lenguaje universal y total, que sea capaz de dialogar de manera fecunda con las pinturas de Gao Xingjian, que están proyectadas sobre el escenario como contrapunto visual-poético, como metafórica de la fragilidad de la naturaleza y evocación de un viaje interior para el singolo. Se imagina entonces una “fundación” de arte capaz de alejarse de las técnicas particulares para hacerse espontáneamente poesía.

Lo que se ha visto, en cambio, ha sido un montaje confuso entre los varios niveles figurativos, naturalistas e improvisatorios, en el que – por ejemplo – para dar forma a la presencia de la filosofía no se encuentra mejor cosa que utilizar la marioneta de un búho (la célebre lechuza de Minerva) que gira la cabeza mecánicamente. La estructuración coreográfica parece vetusta al proponer una estética ya desgastada en su “institucionalizado vanguardismo”, esclava de un minimalismo que se hace repetición aséptica de movimientos, que ofrece una emoción forzada y artificial en una coreografía más precaria en la calidad de los performer que realmente aliena de los dispositivos disciplinarios de la tradición.

La ausencia de un adecuado “apoyo estético”, la “simplicidad” del sentido conceptual, la injustificada proliferación de los cambios de costumbres, la enésima historia de opresión patriarcal de las mujeres como explicación de todos los males del mundo (también de sus orígenes), la confusa sobreposición de elementos concretos (un megáfono, taburetes, ramas de árbol, un pequeño monitor con el fuego del titulo) que confunden la imaginación del espectador sin siquiera darle un reconocible “coherencia narrativa”, la reiteración de los estilemas (el uso de los cabellos, los movimientos sincopado y nerviosos): The Tree (Fragments of poetics on fire) es la enésima propuesta de una Maestra del contemporáneo que, desafortunadamente, parece haber terminado tan el “qué decir”, que el “cómo decirlo” y que ahoga sus composiciones complicandolas en los “pliegues” de una triste retórica («Expresión vital del amor a la naturaleza al borde del colapso, con la esperanza de un renacimiento»).

Teatros del Canal
cea Bermúdez 1, Madrid

The Tree (Fragments of poetics on fire)
coreografía Carolyn Carlson
asistente de coreografía Colette Malye
intérpretes Constantine Baecher, Chinatsu Kosakatani, Juha Marsalo, Céline Maufroid, Riccardo Meneghini, Yutaka Nakata, Sara Orselli, Sara Simeoni
música Aleksi Aubry-Carlson, René Aubry, Maarja Nuut, K. Friedrich Abel
siseño de luces Rémi Nicolas asistido por Guillaume Bonneau
obras proyectadas Gao Xingjian
accesorios Gilles Nicolas & Jank Dage
trajes Elise Dulac & Taller de Théâtre National de Chaillot. Agradecimiento a Chrystel Zingiro
dirección de luces Guillaume Bonneau
dirección de escena Jank Dage
dirección de sonido y vídeo Rémi Malcou
producción Carolyn Carlson Company
coproducción Théâtre National de Chaillot, Théâtre Toursky Marseille, Ballet du Nord / Centre Chorégraphique National Roubaix Hauts-de-France, Equilibre Nuithonie Fribourg
residencias en CDCN-Atelier de Paris, salle Allende (Mons-en-Baroeul) y Kiosk (Marquettelez-Lille)