Como todos queremos dejar de ser humanos

El Teatre Poliorama recibe nuevamente la obra Els Ocells, estrenada originalmente en el 2018, con un largo periodo en cartelera: entre enero y abril, es inevitable que las butacas no se llenen tras la fama que ha ido recabando la compañía La Calòrica en el territorio catalán.

Los conceptos bien manoseados de democracia y capitalismo son puestos como un espejo ante el público, y no hay quien sea removido. Manoseados porque ya se hablaba de ellos en la Antigüedad, donde Aristófanes en 414 a. C, con su comedia original que lleva el mismo título que ésta, mostraba el hastío ante el constante debate sobre las leyes que nos rigen como colectivo. ¿Por qué no vivir como las aves, en plena libertad e individualismo? O mejor, ¿por qué no convencer a las aves de formar otra sociedad, asquerosamente humana, en las nubes?

El texto de Joan Yago y el osado desplante de los actores hacen de esta historia, una que puede colocarse en cualquier contexto socio-político y continuará haciendo ruido. Y es que la versatilidad del elenco hace sorprender a cualquier espectador, cada cual, interpretando a dos, tres o cuatro personajes con una facilidad que hipnotiza. De entre Aitor Galisteo-Rocher como flamenco, Esther López como policía, Marc Rius como populista ambicioso, quien se roba el escenario es Xavi Francés, galardonado como mejor actor de reparto en Premios de la Crítica el 2019, y con razón, ya que su personificación de abubilla inocente, pasando como sacerdote pederasta, capitalista hipócrita o padre palomo explotado, con su constante juego de quiebre de la cuarta pared y un nivel de expresividad abismante, hacen surgir el deseo de volverse pájaro con él.

Eso mismo piensa el personaje de Rius, que tanto en la obra original como en la contemporánea lleva por nombre Pitester. Él, junto a su compañera Evélpides, no puede volver a casa y tampoco lo desea; Pitester y Evélpides no aguantan más el sistema de impuestos, derechos y deberes, y deciden unirse a las aves. Pitester, sin estar tranquilo con esta idea, decide transformarse en el líder de los plumíferos para construir una nueva sociedad bajo los principios del Individuo, la Propiedad y la Competencia.
Es aquí donde el guion se vuelve caótico, casi un disparate. Sin embargo, un disparate satírico con una base crítica y actual, que hace salir al público con un sinfín de cuestionamientos. El ritmo creado por la dirección de Israel Solà es rápido e impredecible, y aunque a veces el humor puede caer en lo burdo y los discursos en una simplificación, ambos funcionan para zamarrearnos del letargo, aunque sea para dejar de fanfarronearse con la soñada democracia europea.

Se agradece que se deje de mirar desde arriba con esa supremacía eurocentrista a los otros países y se comience a observar – ¡analizar, protestar, reprochar! –, de una vez por todas, el propio ombligo.
Se tocan grandes conceptos, desde el populismo al neoliberalismo, el espacio público y privado, el interés individual y colectivo, dando una gran pincelada, aunque sin profundizar demasiado en alguno de ellos. No se viene a dar cátedra ni a entregar la gran solución, sino a llenarnos de preguntas, una y otra vez: ¿se puede crear una sociedad nueva y no caer en los mismos errores de la corrupción y la desigualdad? ¿seremos realmente capaces de llevar a la práctica de manera justa esas grandes teorías que veneramos, o lo humano significa inevitablemente su tergiversación?
La Calòrica y su reinterpretación de Els Ocells toman con un ácido humor tópicos que se vuelven a veces inabarcables en una sociedad tan compleja y fatalista como la actual. Ante ese escenario que se nos muestra, enfrentados a un abismo político, ecológico y económico, quizás todas y todos deseamos volvernos aves, sobre todo si es con ese colorido y bien acabado vestuario a cargo de Albert Pascual.

El espectáculo se representó
Teatre Poliorama
Rambla dels Estudis, 115, Barcelona

Ells Ocells / Las aves
creación La Calòrica, inspirada en la obra de Aristófanes
dramaturgia Joan Yago
dirección Israel Solà
intérpretes Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López y Marc Rius
espacio sonoro Guillem Rodríguez con la colaboración de Arnau Vallvé
caracterización Anna Rosillo
construcción de la escenografía La Calòrica y La Forja del Vallès
luz LED de la escenografía L&D Lights
maquinista Pere Sanchez
alumna del Institut del Teatre en prácticas de escenografía Alejandra Lorenzo Iglesias
voz en off Queralt Casasayas, Arnau Puig, Andrea Ros, Vanessa Segura, Júlia Truyol y Pau Vinyals
fotografías del espectáculo Anna Fàbrega
registro en video del espectáculo Moosemallow Crew
producción ejecutiva Julia Truyol
producción de la Compañía La Calòrica con la colaboración del Festival Temporada Alta y el apoyo de la Sala Beckett y el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya
duración 90 minutos